Una noche hace poco me fui a dormir, como otras veces, con un libro entre las manos. Unas palabras apagaron el día, cerraron la noche y acompañaron mi sueño:
A MI ALMA
Murmuran que hablo muy poco
alma los que nada saben
de nuestros largos coloquios.
Miguel Hernández
Aún me queda mucho por leerle.
martes, 7 de septiembre de 2010
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